“LOS CÍNICOS NO SIRVEN PARA ESTE OFICIO”, es el título de; según mi humilde criterio; la obra más importante sobre periodismo polaco Ryszard Kampuscinski, con el subtítulo: “Sobre el buen periodismo”. (Ryszard Kampuscinski: (4 MAR 32, Pinsk, Bielorrusia – 23 Ene 2007, Varsovia, Polonia)
Entre otras cosas, dice: “Es un error escribir sobre alguien con quien no se compartido al menos un tramo de la vida”. Es uno de los temas centrales de este libro “conversado” sobre el trabajo del periodista, sobre sus dificultades y sus reglas, sobre la responsabilidad de los intelectuales que, hoy en día, se dedican a la información.
En otro punto del libro dice: ¿Es imprescindible tener motivaciones éticas para ser un buen periodista?
Vosotros os preguntaréis: ¿A qué viene este introito sobre este libro?
Hasta hace unos días tenía en Facebook a un colega periodista, que colgó en su muro un comentario donde confiesa que “hará pública” una “charla privada” con Fabiana Liuzzi (la mujer que acaba de dar a luz a un bebé “supuestamente” del periodistas Luis Ventura)
Vamos, que está confesando que va a cometer “un delito en grado de tentativa”, delito tipificado en el Código Civil de la República Argentina.
La cuestión es la siguiente: ¿La noticia a cualquier precio?
De hecho, hace unos días discutía con un político español de que estos (los políticos) nunca habían leído a Montesqueu (aquel que hablaba sobre la separación de los poderes), pero ahora, y en detrimento de algún colega de mi profesión debo decir que algunos no se han leído (ni en diagonal) el Código Deontológico de la profesión, caso contrario no caerían en estos errores “presuntamente” delictivos.
Lo que sí debo decir a su favor, es que desconozco si hizo o no publica esa conversación privada.
Lo que sí debo decir a su favor, es que desconozco si hizo o no publica esa conversación privada.
Pero en lo que ha periodismo respecta, ¿es la prensa del corazón en género menor del periodismo? Porque; en mi humilde opinión; esto lo podría hacer una comadre de barrio sin haber pasado por una universidad.
Otra cuestión que planteo acerca de este personajillo novato con ínfulas de gran profesional es este imagen (con estas palabras que le ha dedicado a un usuario de Twitter, cuyo nombre he quitado porque no hace a la cuestión de fondo):
Como podéis ver parece que ser periodista invalida a los demás a hacer críticas sobre uno. Lo que este personaje debe saber es que cuando uno se dedica a una profesión pública en los medios de comunicación, debe estar preparado para recibir la “aceptación total” o el “rechazo absoluto” , allí también está el profesionalismo.
Así se lo hecho saber, por eso me ha borrado de su lista en Facebook, y para nada esto me ofende para nada, todo lo contrario me reconforta porque significa que ha leído mi critica (vosotros también la podéis ver en mi captura de pantalla) , que le ha dedicado uno minutos, y por sobre todas las cosas no le ha gustado...y eso tiene una lectura que vosotros haréis.
Esto también confirma que la profesionalidad no te la da un titulo.
“Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejo de ser importante", Ryszard Kampuscinski
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